MicroFIBRAS
PARA REFUERZO DE HORMIGÓN

Previenen la formación de fisuras finas
y controlan la retracción plástica del hormigón

Las microfibras sintéticas de plástico son una solución avanzada para mejorar las propiedades del hormigón, ofreciendo resistencia adicional y control de la fisuración a una escala microscópica.

Estas fibras ultrafinas se integran fácilmente en la mezcla de hormigón, mejorando su durabilidad y vida útil.

• Refuerzo de resistencia:
  Mejoran significativamente la resistencia a la tracción del hormigón, reduciendo la propagación de fisuras.
• Control de fisuración:
  Minimizan la formación de fisuras finas debido a la retracción plástica y cambios térmicos.
• Durabilidad mejorada:
  Aumentan la longevidad de las estructuras de hormigón al prevenir el desarrollo de fisuras mayores.
• Compatibilidad:
  Se mezclan fácilmente con el hormigón fresco, mejorando la trabajabilidad y la cohesión.

• Eficacia comprobada:
  Respaldadas por pruebas y estándares internacionales, garantizan resultados consistentes y confiables.
• Sostenibilidad:
  Reducen la necesidad de mantenimiento y reparación, contribuyendo a la sostenibilidad de proyectos de construcción.
• Versatilidad de aplicación:
  Ideales para una amplia gama de aplicaciones, desde pavimentos hasta elementos prefabricados y reparaciones.

• Edificaciones residenciales y comerciales.
• Pavimentos y suelos industriales.
• Reparaciones y rehabilitaciones de estructuras de hormigón.
• Elementos prefabricados y componentes arquitectónicos.

Macrofibras:
Son más grandes en diámetro (generalmente mayores a 0.3 mm) y longitud (hasta varios centímetros). Tienen una forma generalmente lineal o en forma de gancho.

Microfibras:
Son mucho más delgadas en comparación (generalmente entre 0.02 mm y 0.2 mm de diámetro) y más cortas (menos de un centímetro). Tienen una forma más delgada y fibrosa.

Macrofibras: Aumentan la tenacidad del hormigón, es decir, mejoran su capacidad para resistir las fisuras y la fractura por impacto y carga cíclica. Se utilizan principalmente para reforzar el hormigón contra grandes deformaciones y para controlar la propagación de grietas.

Microfibras: Mejoran la resistencia a la tracción del hormigón y controlan la fisuración a una escala microscópica. Ayudan a prevenir la formación de fisuras finas y controlar la retracción plástica del hormigón.

Macrofibras:
Se utilizan en aplicaciones donde se requiere una resistencia considerable a la tracción y flexión, como pavimentos industriales, túneles, pistas de aeropuertos y elementos prefabricados de gran tamaño.

Microfibras:
Son adecuadas para aplicaciones donde se necesita un refuerzo más fino y controlado de la fisuración, como en edificaciones residenciales, pavimentos ligeros, reparaciones de hormigón y elementos prefabricados más pequeños.

Macrofibras:
Pueden afectar la trabajabilidad del hormigón fresco, requiriendo ajustes en la mezcla para mantener la fluidez y cohesión adecuadas.

Microfibras:
Tienen un impacto mínimo en la trabajabilidad del hormigón, ya que son más delgadas y dispersan más fácilmente dentro de la mezcla.